lunes, 3 de enero de 2011

Carta XIII: para todos, y para nadie

Hoy se cumplen exactamente 46 días desde mi última entrada.
No he escrito, no porque no tenga nada que contar, ni porque no tenga ganas de sentarme frente al ordenador a escribir. La razón por la cual me he mantenido "callada" es simplemente porque aquello que tenía que decir era, y es, motivo de ciertos temores, algo sentimentales, algo mentales simplemente, ¿quién sabe?
Esta carta será sobria, sencilla; es una carta en la que he decidido plasmar algunos de mis pensamientos, algo...deprimentes pero bueno, todos (quien más y quien menos) hemos tenido algún día así.

Ha empezado el año, y ya deseo que termine. No, no ha sido un buen comienzo, como podéis suponer. 
Me resulta absurdo pensar que todo cambiará con el nuevo año ¿verdad? Un día más, un día menos, en una vida llena de complicaciones, de errores y de pensamientos oscuros.
La gente dice que, cuando hay un problema, lo mejor es hablar las cosas, pero insisten en hablar cuando ellos creen oportuno, no cuando uno se siente preparado.
Es doloroso forzar unas palabras que no quieren salir. "Esta no es la actitud" dicen, "así no conseguirás nada". ¿Acaso osáis afirmar que sabéis lo que pienso? ¿Sois capaces de saber qué o cómo me siento? Permitidme dudarlo.
Estoy cansada de cometer errores, de mentir, de caerme y que nadie nunca me ayude a levantarme. Quiero meter en una mochila algunas de mis cosas, coger algo de dinero (poco) de la hucha, y llamar a la puerta de quien creo que pueda acogerme. Podría hacerlo, lo haría realmente, pero ¿qué ganaría con ello? ¿Más disgustos, más broncas? ¡¿Más decepciones?!


Soy un desastre como persona, como hermana, como hija, como amiga y como novia, y como compañera. Sería capaz, si contara con los medios necesarios, de irme lejos, cambiar mi nombre,
mi aspecto, mis gustos, TODO, para empezar desde cero. Pero eso tampoco cambiaría naa, porque eso es como el año nuevo ¿qué importa un día más o un día menos? ¿Qué importa un lugar que otro, un aspecto, una imagen? La persona sigue siendo la misma, ¿no es así?
Y por muchas lágrimas que derrame, o mucho que grite, me enfade, intente olvidarlo todo o fingir que no ocurre nada, no dejaré de ser un desastre y una decepción de persona, hermana, hija, amiga, novia y compañera.
Eso es lo que se me ha dado ha entender durante años, eso es lo que yo he percibido. He vivido momentos fantásticos junto a la gente que me rodea pero, a la vez, he cometido tantos, tantos errores, he hecho tanto daño...Quizás debiera rendirme, cambiar, ser simplente aquello que se espera de mi, estando viva sin estarlo realmente. Pero no me veo capaz, porque fracasaría, como he fracasado en todo, como fracaso siempre.
Por eso, lo único que puedo hacer es escribir, contaros lo que me pasa, sin contaros por qué me pasa. Tener la esperanza, a la vez, de que las personas implicadas en...estas..."insisnuaciones" lean esto, y por otro lado, que no lo hagan.
No quiero dar pena, no quiero que la gente se compadezca, simplemente que comprenda que todas aquellas palabras que, a veces, se dicen sin darles importancia, poco a poco se van acumulando dentro de cada persona, y esas personas acaban por explotar.










Aunque tenga miedo a seguir adelante, no puedo dejar de intentarlo.