viernes, 30 de julio de 2010

Carta IV: una carta enviada

 (Fecha original: principios de Julio de 2010)  

  Hace algún tiempo un ángel llegó a mi vida, como enviado del cielo para ayudarme a mejorar como persona. 
   Fue apareciendo fugazmente a mi alrededor, llamaba sumamente mi atención, despertando en mi una gran curiosidad y una abalancha de preguntas:

 Por qué no puedo dejar de mirar?        
                                   ¿Quién es ella?

 ¿Por qué no consigo apartar su imagen de mi mente?

¿Qué me ocurre?
¿Por qué no puedo acercarme más?

  Recuerdo el día en que hablamos por primera vez. Fue el 2 de Septiembre de 2009. Esperando a que mi padre me acercara a aquella plaza, vi pasar al ángel y fui incapaz de contenerme. Lo seguí con la mirada, llegando a tener que darme la vuelta cuando mi cuello no podía dar más de sí. No podía apartar la mirada. Cuando lo hube perdido de vista, su imagen seguía en mi mente, en ese momento decidí que la próxima vez que lo viera, haría lo posible porque intercambiaramos alguna palabra, ¡lo necesitaba! 

  Así, mi padre se acercó para avisarme de que subiera al coche. Pocos minutos más tarde estaba en aquella plaza, donde esperaban mis amigos y...no podía ser, mi ángel. No recuerdo si cumplí mi propósito de hablarle, estaba embobada observando y disimulando.

  Pasaron un par de semanas, y ahí estaba yo, en la presentación del instituto, impactada, observando, parecía un sueño. Podría disfrutar de mi ángel todos los días.

  Sinceramente, tampoco recuerdo cómo empezamos a hablar, cómo pasamos de conversaciones vanales a las más personales. Supongo que hablamos de aficiones, pasamos a gustos, a puntos en común...nos íbamos conociendo cada vez más, uniéndonos, complementándonos.

  Llegó un momento en que nuestros impulsos nos llevaron a la tentación, y decidimos dejarnos llevar, sucumbir.

  Han pasado casi 7 meses desde aquello, 7 como pecados capitales existen, y éstos podrían definir nuestro trayecto:
  
  Al principio todo era soberbia, una lucha interna individual por mostrar lo mejor de nosotras mismas. Después llegaron la envidia y los celos, al hablar de amistades, de relaciones pasadas...Esto dio paso a la avaricia, queríamos más y más la una de la otra, lo que nos lleva a la lujuría, donde acabamos de sucumbir por completo tras etapas de gula, en las que nos comíamos mutuamente. Con los exámenes finales llegó  la ira, las peleas constantes y los malentendidos. Ahora nos encontramos en la pereza, en las ganas de estar tumbadas la una junto a la otra, sin hacer nada, sino hablar, ver películas...
  
  7 pecados que repetiremos una y otra vez, con mayor o menor frecuencia, con mayor o menor intensidad. Pero estos pecados no privarán del cielo a mi ángel, porque es puro, y bondadoso, su corazón es dulce e inocente, incapaz de guardar rencor ni dañar a nadie, a pesar de que alberga un gran dolor.

  No soy partidaria del compromiso para toda la vida, pero en estos momentos no cabría duda alguna de que si me obligaran a elegir a alguien con quien pasar el resto de mis días, elegiría a mi ángel, porque no me podría imaginar a nadie mejor.

  Los malos momentos existen en nuestra historia pero de ellos hemos aprendido y de los buenos hemos disfrutado.




 No sé si dios existe, pero puedo asegurar que hay un ángel a mi lado.

jueves, 29 de julio de 2010

Carta III: cosas por hacer

 Hola, hoy...siento...digo...pienso:

 Me gustaría que estuvieras aquí...que me acariciaras la espalda y notar tu aliento en mi cuello...
 Ojalá pudieras abrazarme y oír mi suave ronroneo...

  Subiría al monte más alto, abriría los brazos, cogería aire, y todo ello, para gritarle al mundo que estoy enamorada de ti.

 Pasaría las noches en vela, si algún día no supiera absolutamente nada de ti, preocupada por si te ocurrió algo, y no podría tranquilizarme a menos que pudiera oír tu voz una vez más.

 Iría a la playa, sí, a la playa, solo porque se que quieres ir, para que juntas nos revolquemos en la arena, nademos libres, flotemos de la mano dejándonos arrastrar por la marea...

 Cocinaría todos los días para ti, mientras miras sentada en la mesa...con ojos brillantes y la baba callendose  (risas)
   
 Caminar por una ciudad, una playa, un bosque, sin importar exactamente el donde, ni el cuando, que lo que nos rodea en su totalidad parezca desvanecerse, porque lo importante sea que estés junto a mí...

 Daría la vuelta al mundo cien veces si supiera que esa es la única forma de que fueras feliz, pero sé que me acompañarías, porque ese sacrificio sin ti a mi lado jamás tendría sentido...

 Podría cantarte al oído...besarte el cuello...mirarte a los ojos y repetirte una y mil veces que te amo...


 Me gustaría dormir juntas, y que al despertar me vieras despeinada y con cara de sueño...y aun así me dijeras que estoy preciosa.

 Los deseos más simples, y las ideas más absurdas son las que hacen feliz a este loco corazón...Pero aun así, todo ello...por sí mismo, no tendría sentido sin un motor que lo moviera, que lo hiciera latir, sin ti.
  Por último, me gustaría recordarte aquello que tantas veces has oído, y que tan cansada debes estar de ver:

Sabes que Te Quiero.

miércoles, 28 de julio de 2010

Carta II: apagón momentáneo

Hola, aquí estoy otra vez.

Hace días que no hablamos, se me hace extraño, me noto vacía...como si me faltara algo por no oír tu voz...

Tengo tantas ganas de que vuelvas, quiero hacer tantas cosas, hablar de todo, de nada, besarte, abrazarte, hacer todo aquello que estos días no he podido, ser tan plasta que hasta digas:  
¡déjame respirar!

Pero sobre todo necesito verte, solo con verte, aunque fuera escondida tras un árbol, como un ninja, ya me sentiría mejor.

¡Jo! Me siento como una acosadora, como si estuviera detrás tuya como un perrito faldero, ¡qué denigrante! 
Aunque reconozco que podría hacer más para que sepas lo que te echo de menos...

Últimamente no pienso tanto en ti, bueno si, pero no tan intensamente, hablando con los otakus me distraigo un poco y eso, pero aun así...
Hablando de otakus, estamos planeando una invasión, será divertido, haremos un logo y pegatinas, y...

En realidad no me entusiasma contartelo así...
¡Ah!   >n<  ¡qué frustración!

¡VEN YA! Es  una orden TToTT

No sé, mejor me despido, no se me ocurre que contarte...que decirte, creo que no estoy animada...


Por cierto, una última cosa:
Sabes que Te Quiero.

sábado, 24 de julio de 2010

Primera carta: explicaciones

  Hola, antes de comenzar quiero explicarte algo:
  Me he dado cuenta de que a veces me cuesta expresarme en tu presencia, y quiero que conozcas lo que pienso, lo que siento, no me importa el resto del mundo, esto es sólo para ti. Por ello te escribo ahora estas cartas, para contarte lo que se me pasa por la mente, lo que me ha ocurrido y no te he podido contar...qué sé yo, todo.
  Ahora ya puedo comenzar decentemente.
  ¿Sabes? Anoche soñé contigo. Acababas de volver, y decidimos quedar y dar un paseo por la ciudad, era extraño porque era una mezcla de Puerto y Coruña, había calles de un lugar, edificios de otro...Después de pasear durante toda la tarde, hablar, hacer fotos, comer helado, decidimos ir a mi casa a cenar ya que no quedaba muy lejos (qué surrealista ¿eh?). Allí estaban mi madre,mi hermana llegó poco después de nosotras. Fue una cena tranquila, normal, comentando algunas cosas, que si las vacaciones, que si la universidad...lo normal, lo más irrelevante.

  Tras la cena, recogimos un poco todo y subimos a mi cuarto, a estar un rato a solas, mi madre y mi hermana se iban a acercar a casa de una vecina, y estaríamos solas durante un par de horas...creo que eran las 22:00 cuando se fueron, y hasta la una o dos de la madrugada no llegarían, como ya he dicho era una vecina. 

  Aprovechamos esas horas para recuperar el tiempo perdido, lo último que recuerdo es estar abrazada a ti, desnudas, tapadas ligeramente por la colcha, y dormir. Sí, dormimos juntas, la puerta estaba cerrada y nadie nos molestó hasta la mañana siguiente.

La luz del sol entró por la ventana, calentando mi cara y despertándome. Entonces tú también abriste los ojos, nos miramos, sonreimos, nos besamos...y comenzamos a vestirnos o, más bien, a taparnos un poco, pues mi madre pronto llegaría para despertarnos. Tú llevabas solo una camiseta ancha, como un camisón, sobre la ropa interior que hacía unos minutos estaba en el suelo. Yo tenía puesto el pantalón corto del pijama, pero no tenía la camiseta. Entró mi madre para llamarnos a desayunar. 
Llegamos al salón y olía a tostadas, a zumo de naranja y a café. ¡Qué bien nos supo! 

Te levantaste para llamar a tus padres, para avisarles de que pronto irías a casa. Mientras tanto, mi madre me recriminaba con la mirada, por el hecho de haber dormido juntas, sin su consentimiento (ya sabes como es). Cuando colgaste fuiste a la habitación a vestirte, te seguí, te acompañaría a casa. En realidad, no recuerdo mucho más, pero tengo muy gravadas las expresiones de tú cara, de la de mi madre, de la mia no, pero porque no me veía a mi misma.

  Desearía que algún día ocurriera algo parecido, pero sin mi familia rondando. Qué idílico. Supongo que no habrá problema dentro de unos meses, o años, siempre y cuando sigamos juntas.

    ¡Ah! No paro de darle vueltas a lo mismo. ¿Por qué? Es frustrante, todo cuanto hago, digo o escribo acaba llevando el hilo de mis pensamientos al mismo punto. Siempre las mismas cuestiones, lanzadas al aire sin respuesta:

                              ¿Qué ocurrirá con nosotras?

                                   ¿Me olvidarás?

¿Será un problema la distancia?       
         
  ¿Conoceremos a otras personas?

 ¿Te olvidaré?                        


   De todos modos tengo otras cosas de las que preocuparme, ¡qué ironía! Escribo un blog afirmando que no existen las preocupaciones y soy la primera en darles importancia. Soy hipócrita. En fin, ya sabes, ahora a esperar a Agosto para ver si me aceptan en Santiago (¿yupi?). Sigo sin dejar de pensar en ello, noto que todo se desmorona, ya sabes, "mi futuro se desvanece sin que yo pueda hacer nada para evitarlo". No me gusta crecer, implica responsabilidad, y eso no me gusta.
Bueno, me depido, quizá a lo largo de la tarde caiga un ovni y salga E.T. y me cuente algo interesante que poner aquí. ¡Hasta entonces!
Sabes que Te Quiero.