lunes, 27 de septiembre de 2010

Carta X: 10 razones para odiarte

  

  1. Te odio porque a todas horas pienso en ti y tú ni siquiera me recuerdas.
  2. Te odio porque no puedo olvidarte y tú no demuestras amarme. 
  3. Te odio porque mi espíritu se quedó sin energía de tanto alejarte.
  4. Te odio porque cuando sueño contigo, aun me sonrojo.
  5. Te odio porque vive en mí un deseo que tú no sientes.
  6. Te odio porque todo lo que siento por tí, tú lo repartes con otras.
  7. Te odio porque ni una lágrima te mereces y por ti las he llorado todas.
  8. Te odio porque mi locura por ti se queda en estupidez.
  9. Te odio porque para mi fuiste todo y para ti yo no fui nada. 
10. Pero lo que más odio de ti, por encima de todas las cosas, es saber que aunque lo desee, no podría odiarte ni aunque fuera un poco. 




[Las frases son adaptaciones de la película con el mismo título que la carta]

viernes, 17 de septiembre de 2010

Carta IX: el recuerdo del último baile

Hola, estos días he pensado, he recordado, he sentido, llorado, sonreído...

No paro de pensar en áquel baile.

No sé por qué guardo el recuerdo de un yo un tanto cohibido. 
Simplemente me sentí delicadamente femenina.

Recuerdo la firmeza con la que rodeaste mi cintura con tu brazo, para luego simplemente sujetarme ente tus manos. Deslizaste la derecha en busca de mi temblorosa mano, mientras me dabas indicaciones.

Reposé mi brazo sobre el tuyo. Tú me acercaste aún más a tí hasta que nuestros corazones casi se tocaron.

Me sentí como esas chicas de los animes, que se sonrojan al tiempo que sus ojos comienzan a brillar, cuando el chico las estrecha entre sus brazos.

Quería esconder mi cara en tu pecho y rehuír tu mirada pero, a la vez, era incapaz de alejar mi visión de tu rostro.
Porque ahí estabas , serio, con una ligera sonrisa asomando en las comisuras, imperceptible para el resto del mundo, pero no para mí.

Primero un paso hacia delante, después a un lado, y así, nos sumamos en una danza en la que yo reía. Una risa tímida, ridícula de mi misma. Mi mente trataba de asimilar lo que mi corazón decía.

Recuerdo bien esa noche, esas risas, la vergüenza
Pero lo que más recuerdo es el sentimiento de que nada más importaba; mis pies flotando y mi mente, sumida en su propia lucha contra la locura.


Quisiera repetir ese instante en cualquier momento, en cualquier lugar:
bajo la lluvia,
entre los árboles,
o en una amplia habitación
de moqueta verde y
un piano de cola negro.












...y con la última campanada, se marchó, dejando tras de sí solo un zapato de cristal.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Carta VIII: Fuego y Agua

 Hola Sr. Fuego:

Fuego y Agua pueden coexistir
 
 Hoy me he despertado por culpa de un perro, que puso su hocico en mi cara. Después de zafarme de las sábanas un escalofrío me recorrió el cuerpo. Sí, el frío de la calle se filtraba por las ventanas, por las paredes, traspasando los materiales. ¡Qué agradable es el frío!
 Aunque sabes que el calor también me gusta. Además, si no existiera el frío no necesitaría el calor. 

 Después de hacer el papeleo necesario en la facultad, pude observar las vistas de toda la ciudad, a mis pies. Es precioso, algún día le haré una foto y tú también podrás verlo.

 Al poco rato empezó a llover, durante cinco minutos, pero llovió, y estamos terminando el verano. Estoy deseosa de que llegue el invierno.
 Creo que a partir de ahora te haré algo así como un informe, serás mi guardador de secretos, a quien le confesaré mis sueños más cursis, y mis deseos más inocentes. Porque eres tú el que saca la niña que llevo dentro.

 Ahora tendré que buscarme una nueva estufita portátil.

 Me despido por hoy, hasta que algo más interesante ocurra. Un beso enorme (tan grande como ¡tú!)

lunes, 6 de septiembre de 2010

Carta VII: abrazos, besos y mucha energía

Hola mi pequeño gran rompecabezas.

, que lo complicaste todo y rompiste mi mundo, enredándolo; que pusiste fin a algo que no podía continuar...y a la vez marcaste un inicio tan extraño. Eres ese chico que nadie conoce, aquél que encontré tras un muro construido por él mismo. Ese chico misterioso, con secretos, y múltiple personalidad. Porque sí, tú eres un multipack, MI multipack

Cuando te vi por primera vez recuerdo que noté ese muro...pero, extrañamente, lo vi venirse a bajo, quedarse a media altura, y logré vislumbrar un poco lo que ocultaba. Empezamos a hablar y te demostré que, sin a penas conocerte, había acertado en muchas de mis afirmaciones sobre ti. Y tan solo habían pasado unas horas.

A medida que hablábamos fui descubriendo una parte de ti que poca gente había visto; poco a poco te has ido escondiendo menos, tanto de mi, como del resto del mundo.

Me siento afortunada porque me has dejado llegar a donde casi nadie ha llegado antes, has confiado en mí y me has contado cosas que a nadie más le contarías. Has concedido muchos de mis caprichos, al igual que yo concedí algunos tuyos y, a pesar del dolor, serías capaz de concederme muchos más. ¡Gracias! 

Me advertías los riesgos de mi aventura, y decidí arriesgarme. Conocí a un lobito blanco, y a un enorme lobo negro
No soy como el resto, y lo sabes. No actúo conforme a la norma y eso hizo que llamara la atención de tu "yo" más excéntrico, ese que siempre observó tras un cristal

Ahora me voy, y me quedan muchas cosas por descubrir, y muchas de las que no sé nada, aunque las conozca. Aún sigues escondiendo secretos, y entretejiéndolos en la tela de araña de tus recuerdos, pero sé que algún día llegaré a saber mucho más; porque esto no es un adiós, es un "ya ne!" (hasta luego).

Ambos compartimos muchas cosas, y aquellas que no compartimos, las hemos aprendido mutuamente. 
Hemos llegado al punto de tener sueños similares, de que una misma canción despierte unos mismos sentimientos, de sentir la energía del otro, de ceder cuando uno de los dos está mal...

Como siempre te dije, y siempre te diré, me voy físicamente pero, para tú desgracia, las nuevas tecnologías me premitirán continuar estando presente en tu vida (es decir, ser igual o más pesada que ahora). Risas. 

Termino esta carta, pero no me despido, porque no me gustan las despedidas. 



You know I fucking love you.













Me permitiste escuchar tu corazón, y yo te tranquilicé con mis latidos.





Dedicado a CHISPAS.