miércoles, 8 de septiembre de 2010

Carta VIII: Fuego y Agua

 Hola Sr. Fuego:

Fuego y Agua pueden coexistir
 
 Hoy me he despertado por culpa de un perro, que puso su hocico en mi cara. Después de zafarme de las sábanas un escalofrío me recorrió el cuerpo. Sí, el frío de la calle se filtraba por las ventanas, por las paredes, traspasando los materiales. ¡Qué agradable es el frío!
 Aunque sabes que el calor también me gusta. Además, si no existiera el frío no necesitaría el calor. 

 Después de hacer el papeleo necesario en la facultad, pude observar las vistas de toda la ciudad, a mis pies. Es precioso, algún día le haré una foto y tú también podrás verlo.

 Al poco rato empezó a llover, durante cinco minutos, pero llovió, y estamos terminando el verano. Estoy deseosa de que llegue el invierno.
 Creo que a partir de ahora te haré algo así como un informe, serás mi guardador de secretos, a quien le confesaré mis sueños más cursis, y mis deseos más inocentes. Porque eres tú el que saca la niña que llevo dentro.

 Ahora tendré que buscarme una nueva estufita portátil.

 Me despido por hoy, hasta que algo más interesante ocurra. Un beso enorme (tan grande como ¡tú!)

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