lunes, 6 de septiembre de 2010

Carta VII: abrazos, besos y mucha energía

Hola mi pequeño gran rompecabezas.

, que lo complicaste todo y rompiste mi mundo, enredándolo; que pusiste fin a algo que no podía continuar...y a la vez marcaste un inicio tan extraño. Eres ese chico que nadie conoce, aquél que encontré tras un muro construido por él mismo. Ese chico misterioso, con secretos, y múltiple personalidad. Porque sí, tú eres un multipack, MI multipack

Cuando te vi por primera vez recuerdo que noté ese muro...pero, extrañamente, lo vi venirse a bajo, quedarse a media altura, y logré vislumbrar un poco lo que ocultaba. Empezamos a hablar y te demostré que, sin a penas conocerte, había acertado en muchas de mis afirmaciones sobre ti. Y tan solo habían pasado unas horas.

A medida que hablábamos fui descubriendo una parte de ti que poca gente había visto; poco a poco te has ido escondiendo menos, tanto de mi, como del resto del mundo.

Me siento afortunada porque me has dejado llegar a donde casi nadie ha llegado antes, has confiado en mí y me has contado cosas que a nadie más le contarías. Has concedido muchos de mis caprichos, al igual que yo concedí algunos tuyos y, a pesar del dolor, serías capaz de concederme muchos más. ¡Gracias! 

Me advertías los riesgos de mi aventura, y decidí arriesgarme. Conocí a un lobito blanco, y a un enorme lobo negro
No soy como el resto, y lo sabes. No actúo conforme a la norma y eso hizo que llamara la atención de tu "yo" más excéntrico, ese que siempre observó tras un cristal

Ahora me voy, y me quedan muchas cosas por descubrir, y muchas de las que no sé nada, aunque las conozca. Aún sigues escondiendo secretos, y entretejiéndolos en la tela de araña de tus recuerdos, pero sé que algún día llegaré a saber mucho más; porque esto no es un adiós, es un "ya ne!" (hasta luego).

Ambos compartimos muchas cosas, y aquellas que no compartimos, las hemos aprendido mutuamente. 
Hemos llegado al punto de tener sueños similares, de que una misma canción despierte unos mismos sentimientos, de sentir la energía del otro, de ceder cuando uno de los dos está mal...

Como siempre te dije, y siempre te diré, me voy físicamente pero, para tú desgracia, las nuevas tecnologías me premitirán continuar estando presente en tu vida (es decir, ser igual o más pesada que ahora). Risas. 

Termino esta carta, pero no me despido, porque no me gustan las despedidas. 



You know I fucking love you.













Me permitiste escuchar tu corazón, y yo te tranquilicé con mis latidos.





Dedicado a CHISPAS.

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