martes, 4 de octubre de 2011

Carta XXIII

No soy de subir fotos de todos esos personajes a quienes quiero tanto. Esos personajes basados en personitas reales.

Pero bueno. Tampoco era de ser ñoña y cursi. No era de abrazar porque sí, ni de decir cosas como "no concibo una noche de sábado sin ti"

He empezado a hacer cosas que normalmente no hago...y puestos a hacer excepciones...






Eres un tipo (macho macho tipo) muy muy raro...¿lo sabías?
Y dicen que nos parecemos...
Los dos locos.


-¿Loca yo? ¡Qué va! 
-Pero si hablas sola, mírate.


Lo nuestro estaba escrito. Sip. ¿Qué por qué lo sé? Porque yo lo digo, y punto.


Tú temes que sea como esas chicas de 19 años que no saben lo que quieren y que cambian de opinión constantemente
Yo te digo que no soy así.
Y mi temor es equivocarme.
Pero, sabiendo lo que estoy haciendo, sabiendo como me siento, como te miro, como me haces sonreír y como soy incapaz de siquiera imaginarte lejos de mí...creo que no me equivoco.














Ayúdame a confiar en mí, porque ya lo hago en ti.

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